Se juntaron dos factores más:
1. Mi cerebro tiende a la dispersión cuando el trabajo es repetitivo y requiere poca concentración y
2. Ali es pequeña, pero contiene maldad.
Así que nos dedicamos a hacer perfiles psicológicos de los trabajadores de la empresa según el motivo de sus facturas.
Pero de repente nos encontramos con el tipo del que adjunto esta foto.
Y con su nombre:
Ignace Vandeputte.
Y, claro, nos quedamos paralizados.
Lo único que lamento es no poder usar su nombre en un tebeo. Nadie creería que existe realmente un nombre así.
Prueba fehaciente:
