lunes, 10 de marzo de 2008

El IVA y las señoritas de vida alegre

La semana pasada me la pasé (por motivos que no vienen al caso) abriendo sobres de facturas de gastos de una empresa realmente grande. Había muchos cartapacios con sobres, con facturas dentro. Muchos. Muchísimos. Demasiados.

Se juntaron dos factores más:
1. Mi cerebro tiende a la dispersión cuando el trabajo es repetitivo y requiere poca concentración y
2. Ali es pequeña, pero contiene maldad.

Así que nos dedicamos a hacer perfiles psicológicos de los trabajadores de la empresa según el motivo de sus facturas.
Pero de repente nos encontramos con el tipo del que adjunto esta foto.
Y con su nombre:

Ignace Vandeputte.

Y, claro, nos quedamos paralizados.
Lo único que lamento es no poder usar su nombre en un tebeo. Nadie creería que existe realmente un nombre así.
Prueba fehaciente:

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi amigo Iñaki Vanderputte hace tiempo que perdió el sentido del humor. Anda bastante alterado y dispuesto a fostiar a cualquiera que haga chanzas fáciles con su distinguido apellido. Yo de usted me pondría en contacto con los célebres Mulatos para tener protección. Asee el retrete y medite.

FHNavarro dijo...

¿Ánde andáis, artistas?
Espero que bien.

Un saludo