Hace algún tiempo que los personajes de Autobiografía no obedecen ni retratan a los que fueron sus modelos originales –menos el de David, que éste sí que es un trolero–.
Esto no siempre es bien recibido por quien inspiró la caricatura, o no es comprendido en su justa medida. Sobre todo cuando escojo a ese personaje, y se lo hago pasar mal.
Tal es el caso del personaje de Santi, al que le pasan unas cuantas cosas, y dice otras. Y Santi, el original, se ve distanciado de su sosias tebeístico, cosa que le duele.
Pero para arreglar estas cosas están los sobornos. Helo aquí:
Estaba el otro día Rosa currando en Glenat, y vino su jefe Félix, y le ofreció una caja con un regalo dentro.
Contenían unas figuras de los personajes que salen en unos tebeos que editan.
Y las vio. Y se dijo para sí: «¿Qué bicho es éste? ¿Qué lleva en la mano? ¿Por qué tiene sangre y un hacha…? Este muñecajo le molará a Santi.»
Y se lo ha traído para casa. Y le he hecho esta foto (el vídeo no me deja ponerlo). Pero solo lo he fotografiado por la parte de la caja que no se ve el muñeco.
¿Para qué? Para mantener la intriga.
Pero la marca es la misma que la de un cristo crucificao cualquiera: I.N.R.I.
Ya tienes una pista, Santi.