sábado, 15 de diciembre de 2007

La sed de Ali

Ya os hemos hablado en otras ocasiones de la casa que tienen Peri y Ali.
Pues cada vez que bajan al súper vuelven cargados de naranjada, por si acaso se les acaba. Y tienen un rincón de la cocina que parece que estemos en guerra y haya problemas de abastecimiento. Aquella noche hice esta foto.
Y hasta hoy no se ha hecho pública esta traición.
¡Perdóname, Ali!

5 comentarios:

Rosa dijo...

¿Pero tú no has visto el número de botellas de aceite que guardan en el armario en casa de tus padres? Creo que había 15 ó 20, en una casa donde viven dos personas... Pensaba que ya estabas acostumbrado...

lavacanacho dijo...

¡Lo del aceite es diferente!
Es un producto de PRIMERA NECESIDAD, y si un día hay guerra seguro que podemos cambiarlo por tabaco, o algo así como valioso en esos momentos.
Además, mi padre era un niño de posguerra y eso deja huella.
¡Y con aceite se pueden hacer croquetas!
¿Pero qué puedes hacer con naranjada, eh, eh, eh?
(Ñam, me ha entrado hambre y sed, tó a la vez.)

Slurps!

FHNavarro dijo...

¿Pato a la naranjada?

Si algún día de estos visitáis mi santa casa recordadme que os registre en busca de cualquier dispositivo capturador de imágenes.

Un saludo

Rosa dijo...

Somos más chungos, porque además de las imágenes a veces nos llevamos el producto. Sobre todo si es paletilla ibérica. Ya te digo, somos lo peor, muy mala gente.

Anónimo dijo...

Ten cuidado Nacho, o la cebolla enmascarada va a hacer de las suyas contigo, si revelas los secretos mal guardados de las cosas con las que nos colocamos los gabachos renegados- y que la cebolla ésta, aparte de ser una amenaza de la vida real, es un personaje de comic, lo juro, creo que es gabacha también, qué casualidad...