lunes, 10 de septiembre de 2007

De bragas y oficinas

Ayer mantuvimos la típica tensión mientras se monta un mueble de IKEA:
uno decía que sí estaban todas las piezas; y la otra, que no te fíes que me parece que faltan tornillos.
Al final fue un poco decepcionante, porque siguiendo las instrucciones lo montamos sin mucho episodio reseñable (mi torpeza bricolera ya no lo es).

A la par, las vecinas de enfrente colgaron una sugerente colada llena de puntillas y color negro.
Adjunto imagen, que yo no soy un vacilón.

Y mientras, nosotros colocamos lo que podemos llamar "centro de recursos de nuestro despachito".
Véase también: la cajonera de la tensión decepcionante, una impresora (regalada) y un escáner apoyados sobre un baúl zapatero que nunca se abre (y ahora, menos).
Ya hemos llenado el cajón de abajo.
¡Bien!


4 comentarios:

lavacanacho dijo...

Se me olvidaba, pero podemos notar cómo en el frontal del baúl alguien se ha dedicado a resolver ecuaciones de tercer grado, por lo menos.
Yo ya no hago preguntas, que igual es peor.

Slurps!

c. jorge dijo...

A ese baúl le llamaría yo "la lugar de nunca jamás", por lo inaccesible que queda lo que en él se deposite.

FHNavarro dijo...

"Lo que une IKEA que no lo separe el hombre"

Un saludo

santisan dijo...

mmmmmhhh!!!!